De la bodega al jardín: WINO, la colección de diseño que le da una segunda vida a las barricas de roble.
Creada por el arquitecto Pablo Souto (PS29), esta propuesta presentada en la Feria de la Madera y el Mueble transforma antiguos toneles franceses en mobiliario ergonómico de exterior. Un "maridaje" perfecto entre lo artesanal y lo industrial.
Descubrir maderas que puedan vivir luego de un primer uso es todo un arte. Bajo esta premisa de respeto por el material, nace WINO, un ejercicio de diseño que rescata barricas de vino francesas para otorgarles un nuevo rol protagónico, esta vez, fuera de la bodega y bajo el cielo abierto.
Respetar la historia del material.
El proyecto, impulsado por el estudio PS29 (Primero Somos) del arquitecto y diseñador Pablo Souto, fue uno de los casos de estudio destacados en la reciente Feria de la Madera y el Mueble impulsada por FAIMA. La propuesta se basa en aprovechar las características intrínsecas de las duelas (los listones de las barricas): su curvatura natural aporta ergonomía, mientras que las marcas de los taninos y el paso del tiempo le dan a cada pieza un carácter atemporal y vívido.
Un maridaje entre hierro, madera y soga.
WINO se define por un equilibrio sutil. Por un lado, la madera procesada de forma artesanal y delicada; por el otro, el hierro curvado industrialmente, evocando las capacidades del metal indagadas por los maestros de la Bauhaus.
El elemento que une estos dos mundos es la soga náutica. A través de amarres continuos, se genera un vínculo seguro y afectuoso entre materiales disímiles pero complementarios. El resultado es una colección lúdica y colorida, donde las estructuras metálicas pintadas al horno contrastan o acompañan los matices de la madera de roble.
Fabricados uno a uno, cada mueble cuenta una historia diferente según la cosecha del vino que albergó la madera, convirtiendo el descanso al aire libre en una experiencia de diseño consciente.
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